Desde 2020, Bosch es la primera gran empresa industrial del mundo en ser neutra en carbono. La compañía ha identificado los cinco ejes hacia la neutralidad en CO2: la energía verde, la eficiencia energética, las renovables en el suministro de energía, la economía circular y una cultura empresarial de la sostenibilidad. La compensación de las emisiones de carbono inevitables debe de realizarse a través de certificaciones independientes reconocidas internacionalmente
En el marco de una realidad social y económica sin precedentes, la celebración del Día Internacional contra el Cambio Climático hoy 24 de octubre es, si cabe, más importante que años atrás. La incertidumbre parece ser el único factor seguro de este escenario turbulento, pero lo cierto es que la carrera por la sostenibilidad sigue siendo una de las problemáticas más importantes para la sociedad y las empresas que operan en ella.
En este contexto, Bosch ha conseguido que sus 400 localizaciones distribuidas por todo el mundo sean neutras en emisiones de CO2 desde 2020. Por ello, Bosch comparte cinco claves para que las empresas consigan la neutralidad en carbono:
1.- Aumentar la eficiencia energética en todas las localizaciones. La mayoría de las emisiones de CO₂ de las empresas provienen del consumo de energía. Por esta razón, es necesario poner en práctica medidas en las instalaciones que tengan un verdadero potencial de ahorro para acrecentar sustancialmente la eficiencia energética. Además, el hidrógeno es uno de los elementos cuya importancia aumentará de manera exponencial en los próximos años, llegando a ser determinante para alcanzar la neutralidad climática en 2050. Por ello, es vital trasladar la atención hacia sus aplicaciones. Así, Bosch está desarrollando la pila de combustible fija, que se pueda usar a gran escala como centrales eléctricas que proporcionen energía limpia a complejos de edificios. Está impulsada por hidrógeno verde, por lo que genera cero emisiones locales y es climáticamente neutra.
2.- Incrementar la proporción de renovables en el suministro de energía. Generar internamente demanda energética a partir de fuentes renovables es uno de los primeros objetivos que debe fijarse cualquier compañía. Por ejemplo, la energía fotovoltaica es una de las opciones que pueden barajarse. En el caso de Bosch, 98 de sus localizaciones ya dependen de la energía solar para su suministro energético. La estrategia óptima para poder incrementar las renovables en la empresa de la manera más plausible es concentrar las actividades en aquellas regiones donde las condiciones locales son especialmente favorables o donde la compañía cuente con un número relativamente grande de localizaciones.
3.- Adquirir más energía verde. La compra de más energía verde debe estar acompañada de una concienciación por parte de la empresa del principio de concentrar inicialmente la atención allí donde se pueda lograr los resultados más rápidos y significativos hacía la acción climática. Por este motivo, los esfuerzos iniciales se han de centrar en países en los que las compañías consuman una cantidad especialmente grande de energía.
4.- Aplicar estrategias de economía circular para que los productos sean sostenibles durante todo su ciclo de vida: desde su producción, utilización y devolución, hasta el reciclaje y la reutilización de materiales. A fin de conseguirlo, la compañía debe crear procesos de reciclaje establecidos tanto directamente dentro de la empresa como fuera. De esta manera, no solo reduce la cantidad de materiales utilizados y la huella de carbono de sus productos, sino que también evita riesgos potenciales en relación con el cumplimiento de estándares ambientales y sociales.
5.- Desarrollar una cultura de la sostenibilidad dentro de la empresa. Todos y cada uno de los empleados estarán llamados a contribuir y promover la sostenibilidad en su ámbito de influencia individual. De esta forma, las pequeñas acciones individuales y aisladas se trasforman en una mentalidad compartida dentro de la empresa que es inherente a todos los procesos y decisiones que se toman. Como resultado, surge una cultura de la sostenibilidad en la que la creación de valor empresarial se traslada casi automáticamente al valor ambiental y social de la compañía.
Aparte de estas claves que pueden acercar a las empresas a la neutralidad de carbono en sus actividades, para compensar las emisiones de carbono inevitables (como las procedentes de procesos de calefacción o calor de proceso), se pueden adquirir créditos de carbono. En este caso, al seleccionar proyectos de compensación de carbono es fundamental utilizar certificaciones independientes y reconocidas internacionalmente, como, por ejemplo, Gold Standard, ya que, además, promueven el desarrollo social junto a la acción ambiental.
«Hemos sido la primera gran empresa industrial en alcanzar la neutralidad de CO2 a nivel mundial, pero no podemos ni queremos detenernos ahí. Así, nos hemos propuesto un nuevo objetivo: reducir las emisiones de CO2 en toda la cadena de valor, el denominado Scope 3, en un 15% hasta 2030», revela Javier González Pareja, presidente del Grupo Bosch para España y Portugal. «En Bosch hemos identificado las tres actividades que generan la mayor cantidad de emisiones en la cadena de valor: los bienes comprados, la logística y el uso de los productos que vende, y serán estas actividades por donde empezaremos», concluye González Pareja.
Para acceder a las imágenes de recurso se puede pinchar en el siguiente enlace.
Si se quiere disponer del Informe de Sostenibilidad 2022 de Bosch se puede clicar en el siguiente enlace.
Fuente Comunicae